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11. Planes viejos y nuevos




En la mañana despierto y me quedo viendo hacia el techo, hasta que Gerardo se atreve a tocar la puerta, y me dice que preparó algo para desayunar. Comencé a pensar que si todo fuese como antes, ahorita yo estaría en el Brunch del Hesperia y listo para irme a la playa. Fuck.

Por unos minutos comimos en silencio. Pero luego, no me pude contener.

—Necesito entender que fue lo que pasó.
—No es muy difícil —dice Gerardo—. Armando y Santiago, eran o son novios.
—Ex novios en todo caso —digo—, no puede ser que en todo ese tiempo que Santiago estuvo conmigo estuviese viendo a Armando.
—Es difícil de saber, pero lo cierto es que ellos son novios desde que tenían como 14 años o algo así. Aunque siempre terminan y vuelven, terminan y vuelven.
—¿Es decir que Santiago también es de una familia bien?
—Si, su papá y el de Armando son socios en varios negocios de hecho.

Sigo sin entender nada.

—No entiendo nada ¿Ambos sabían que estaban conmigo al mismo tiempo? ¿Y de donde los conoces tú a ellos? ¿Por qué no me hablaste antes de ellos?
—Yo sólo conozco realmente es a Tomás. Tu ya has salido con Armando y sabrás que traspasar esa barrera que interpone entre él y las personas es difícil.

Lo entendí a medias.

—Y lo cierto es que el básicamente siempre me trataba como un chulo de quinta —continúo Gerardo.
—¿Y no es eso lo que somos?

Entonces nos miramos por unos breves segundos. Mi pregunta flotaba en la mesa, pero no dijimos nada.

—Yo conocí a Tomás y me hice amigo de él, a raíz que de comencé a salir con el director ese que te conté. El y yo nos hicimos mas unidos un día en el que me contó durante una borrachera que su mejor amigo estaba mal porque su novio había desaparecido sin dejar rastro.
—No veo como pueden unirse por eso.
—Sucede que el tipo con el que salía es amigo del papá de Santiago, así que yo le prometí a Tomás ayudarle para por lo menos saber la razón por la que Santiago había desaparecido.
—¿Y cual era?
—Su papá se entero que era gay y le castigo horrible, le cancelo las tarjetas, y Santiago, que según entiendo no es tan mimado como Armando, decidió irse de casa. Vivía en un suburbio horrible, y por un tiempo desapareció ya que su papá no quería saber nada de él. Cuando finalmente quiso buscarle, ya era demasiado tarde, le habían perdido el rastro.
—¿Y cuando dieron con Santiago que paso?
—En realidad yo nunca supe mas nada del asunto, yo simplemente llegue a comentarle a Tomás la razón por la que Santiago había desaparecido, y luego no supe de que forma lo consiguieron. Aunque ahora entiendo por que…
—¿Si? Pues yo no.
—Sucede que yo le conté un secreto a Tomás. Obviamente ellos saben de que vivo yo realmente, pero yo le confesé que quería cambiar de vida, y que estaba enamorado de alguien.

Fuck.

—No me digas…
—Si, ese alguien eres tú. Obviamente de alguna manera que desconozco Tomás debe de haberse enterado que ese de quien yo estaba enamorado y la persona con quien salía Santiago eran el mismo, por lo que decidió mantenerme al margen.

¿Pero que paso cuando Tomás y Santiago se encontraron? ¿Por qué retrasaron todo hasta el último momento?

—Yo tengo que hablar con Santiago —dije.
—Deben estar en la playa riéndose como si no pasara nada.
—Igual iré hasta allá.

Gerardo intentó detenerme, pero la rabia era mas fuerte que yo ¿Había sido sólo un juguete para Santiago y Armando?

Maneje como un loco, como nunca en la vida, y logré alcanzarlos, estaban en el muelle, a punto de abordar los yates. Mientras me acercaba vi como Tomás le hizo una seña a Armando, quien corrió a mi encuentro.

—¿Estás bien? —me preguntó.
—Si —dije secamente.

Nos miramos un rato, mientras el sol nos hacía arrugar la cara, y la brisa movía nuestros cabellos.

—No entiendo un carajo y necesito que me lo expliques —le espeté.
—No hay mucho que decir en realidad —respondió Armando—, Santiago es mi novio, y bueno, necesitaba recuperarlo y no sabía donde estaba.
—¿Y para que te enredaste conmigo?
—Hablas como que si yo hubiese sido el que se arrastro por ti. Lo hice simplemente para demostrarle a Santiago que tu no vales la pena, eres igual que tu amiguito Gerardo, un vividor.

Tuve ganas de golpearle, pero Armando tenia tanta presencia, que sus palabras me hirieron. Mire a todos lados, pero Santiago no estaba con ellos.

—Bueno pues parece que tu novio no está aquí.
—¡Ja! No esta aquí, pero eventualmente nosotros superaremos esto ¿Qué esperas? ¿Que Santiago vuelva a ti y te diga que te ama? Eso no va a pasar. Todos ocupamos un lugar en este mundo, tu deberías de saberlo.

Siempre daba la impresión que Armando decía menos de lo que sabia, o de lo que quería admitir. Pendejo.

—Eso lo veremos.

Mientras regresaba del muelle hacia Valencia me preguntaba donde podría estar Santiago. Le marque muchas veces, pero no me contestaba ¿Habría vuelto a la casa de su papá finalmente? Fuck.

En la noche, mientras me disponía a dormir solo por primera vez en mucho tiempo, recordé a Gerardo. Al menos el me amaba, o eso decía… De todos modos ¿Qué futuro podríamos tener Santiago y yo? Ni siquiera estaba seguro si en verdad estaba enamorado o por qué rayos estoy llorando en este momento. Odio pensar estar vainas, la vida no debería ser así.

Tal vez sea hora de empezar de nuevo.

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