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8. Al menos a alguien no le importa





Han pasado algunas semanas desde que tengo algo con Armando. Sigo sin terminar con Santiago. Mi vida se ha vuelto un desastre de mentiras, de mensajes no leídos, de llamadas ignoradas. Marico todo es un caos.

Todavía no consigo entender que es lo que me impide dejar a Santiago. A veces pienso que es lástima, pero la mayor parte del tiempo creo que es por mí. A veces cuando estamos cenando en mi apartamento y pienso en decírselo, un pequeño vacío sube desde mi estomago al pensar que cuando lo haga el se irá y esa noche dormiré sólo. Es como una costumbre ¿Verdad? Ahora ya no hay ningún lugar frio en mi cama, puedo voltearme con la seguridad que junto a mi todo estará tibio.

Por otro lado Armando es el mundo fabuloso al que siempre quise pertenecer. Las fiestas, el acceso V.I.P., el dinero ¿Cómo dejar eso que siempre había soñado? Igual a veces no puedo conmigo. Cada vez que le miento a Santiago siento ese mismo vacío que recorre mi estomago y fuck dude, no me gustaría que me hicieran lo mismo. Un día llamé a Rafael para preguntarle.

—Ay no se que decirte amiguito. Como hombre que soy pienso que es un desperdicio que alguien como tú esté con una sola persona, pero a la vez… No sé ¿Estas enamorado?
—¿Yo? —Y reí mucho.

 Por Armando no me preocupo, él sabe que tengo novio, yo mismo se lo dije y no pareció inmutarse en absoluto.

—La verdad es que lo sospechaba. Alguien como tú difícilmente estará solo —me había dicho—. Pero no importa, lo nuestro es algo sexual ¿No? Es más, te propongo que traigas a tu novio un día de estos que salgamos todos. Así evitarías tener que mentirle tanto ¿No crees?
—Lo intentaré, pero el no es mucho de salir a fiestas —le había respondido.
—Entiendo. Bueno más fácil no puedo dejártela.

Hoy voy a un evento en “La Alhambra”, es una especie de fiesta por el lanzamiento de una revista. Es la primera vez que llega con una invitación a mi nombre, y creo que todo se debe a la foto de Tomás, Armando y yo que salió en “Constelación Viñedo”. La fotografía salió ayer, pero estoy casi seguro que Santiago jamás a hojeado esa revista. Todavía no le he dicho nada del evento y esta noche le toca quedarse conmigo.

Estamos cenando y decido soltárselo de repente.

—Me invitaron al lanzamiento de una revista.
—¿En serio? ¿Es algo de la universidad?
—No, son unos amigos. Esos con los que nunca has querido salir —miento.
—¿Y cuando es?
—Esta noche.
—¡Wao! —Dice, pero hay como algo raro en su voz.
—Pensaba que tal vez podrías venir conmigo.

Entonces se queda en silencio por unos segundos que parecen minutos. Fuck.
—No tengo nada que ponerme.
—Puedes usar cualquiera de mis trajes. Total nadie te ha visto con ellos, y equis, eso es lo bueno de ser hombre.

De pronto el semblante de su cara cambia.

—Esta bien. Iré.

Pero ahora soy yo el me siento raro. Marico estoy feliz porque por fin voy a una fiesta con él, pero a la vez me pregunto como se comportara Armando cuando me vea llegando acompañado.

Cuando ya estamos llegando a la Alhambra en mi carro, estoy como sudando frío. Marico que arrecho.

—¿Te sucede algo? Estas pálido —me pregunta.
—Nada, nada. Estoy un poco intranquilo. Es raro ir a eventos así.
—Bueno ahora eres como conocido, era lógico que algo así iba a pasar tarde o temprano ¿No? Además estos lanzamientos siempre buscan llegar a las personas a través de la gente que es popular en las redes sociales. No es para tanto.
—No pensé que supieras tanto de esas cosas.
—No es que lo sé, es algo lógico.

El salón de la fiesta era hermoso. El piso era de un blanco absoluto al igual que las paredes. La decoración seguía la misma línea. Todo muy genial. Al llegar nos tomaron una foto a mi y a Santiago en la puerta.

—Bienvenidos —Nos dijo otro más adelante. Nombres por favor. Le di mi nombre y el de Santiago.
—Un gusto tenerlos por acá —me miro y luego dijo—: Señor Santiago, acompáñeme.

Mientras íbamos tras él sujeto me comencé a preguntar por qué trataba a Santiago de esa manera.

—Tal vez el sujeto de la foto le dijo mi nombre por el radio. Esta gente es así con los invitados ¿No crees? —dijo Santiago cuando le comenté lo del nombre.

Bueno como sea, estoy demasiado nervioso para pensar en los empleados de la fiesta. Recuerdo a Armando, y comienzo a ver a mi alrededor a ver si ha llegado. No pasa nada. Veo a Santiago quien luce… Aburrido.

En el momento menos pensado cuando estoy conversando cualquier mariquera con Santiago llega Armando. Luce impresionante, como siempre.

—¿Cómo estás? —me saluda, y luego mira a Santiago y entrecierra un poco los ojos. Bitch.
—Bien, todo bien. Mira te presento a un amigo. Santiago.
—Mucho gusto Armando.

Santiago se tardo unos segundos en devolverle el saludo. Torció la boca un poco.

—Mucho gusto. Santiago.
—Me sentaré aquí un momento —anunció Armando, al tiempo que rodaba la silla.

Pero bueno, luego todo fue normal. Armando se comporto serio, mostro interés en la vida de Santiago, dijo cualquier tontería y luego se fue. Santiago y yo tuvimos una noche divertidísima, aunque no vi a casi ninguno de mis nuevos amigos, no importo. Hacía tiempo que no nos reíamos tanto juntos, y fue divertido.

Por otro lado en algún momento me acorde de Gerardo y me extraño no verlo por ahí. Había gente de “Constelación Viñedo” en todos lados, pero no estaba él ¿Había renunciado? Pensé en llamarle, pero luego vi a Santiago sonriendo mientras veía el escenario y no creí que era conveniente ponerme a escuchar cualquier drama en que estuviese metido Gerardo.

Extra 4

—Es increíble. Jamás creí que fueras capaz de hacer eso.
—Pues si ¿Y a ti como te fue?
—Normal, me conto todo luego de darle algunos cocteles y un par de valiums. Todavía esta dormido en mi casa.

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